El epicentro de este viaje se sitúa en Arenas de San Pedro, una localidad de algo más de 6.000 habitantes ubicada en el Valle del Tiétar, en el sur de la provincia de Ávila, que debe su apellido a San Pedro de Alcántara, el santo enterrado bajo su suelo (más en concreto, en el santuario cuya construcción inició en el siglo XVI).
El imponente castillo diseñado como residencia del conde
Dávalos en los inicios del siglo XV y que acogió el matrimonio de Álvaro de
Luna y Juana de Pimentel, hasta que falleció el primero y la segunda pasó a la
posteridad con el sobrenombre de la Triste Condesa, que también recibe en la
actualidad la calle principal del casco urbano.
Las visitas al castillo son guiadas, previa compra de entrada (tres euros) en la oficina de turismo. Duran unos 30 minutos y lo más destacado supone recorrer la enorme (en anchura) torre homenaje, que sobresale de las almenas del castillo, también transitables.